Sólo la reputación cosechada por el colectivo que ayer convocó una manifestación xenófoba por las calles de Ibi justificó la preocupación de muchos y las precauciones de algunos. Apenas una treintena de manifestantes desfilaron ante los ojos curiosos de un centenar de espectadores que, al final del recorrido, escucharon la proclama en la que, al igual que en sus lemas, los ultraderechistas de Alianza Nacional exigieron de la Administración un trato preferencial para los españoles. De entre los muchos curiosos que acudieron para ser testigos de la manifestación pudo escucharse alguna voz lamentándose de que “van a tener razón”.
Aunque durante toda la jornada las creuàs que celebraban sendas comparsas transcurrieron con absoluta normalidad, horas antes del inicio de la concentración algunos comercios y locales hosteleros decidieron echar el cierre en previsión de peores consecuencias. A la hora de la manifestación las calles del centro de la población, plaza de la Palla incluida, presentaban un inusual aspecto. Ausencia de viandantes y escasos coches aparcados. La Policía Local había cerrado al tráfico con anterioridad la zona en la que estaba autorizada la celebración del acto. También pudo advertirse un discreto dispositivo de la Guardia Civil desde esas mismas horas previas. Finalmente todo transcurrió sin incidentes, con fluidez y sin tropiezos. Uno de los temores consistía en la aparición de contra manifestantes que finalmente no se produjo. Las protestas no pasaron de las paredes en las que aparecieron algunas pintadas.
Apenas tres horas después de la finalización del acto, la concejala de Seguridad Ciudadana, Pilar Ortega, difundió un comunicado celebrando la ausencia de incidentes y agradeciendo su actuación a los miembros de policía y Guardia Civil.
Supongo que esto servirá de lección para más de uno de los que le gusta hablar más de la cuenta. Aunque bueno, en un puelbo de este tamaño es difícil.
ResponderEliminarAlgunos de la forma que hablaban el sábado por la mañana, parecía que se iba a armar.
Lo mejor como se ha visto es no hacer ni caso a ningún extremista, sea del símbolo que sea, ni contramanifestaciones ni nada.
Y además nadie se había dado cuenta que los altercados de los que se hablaban sobre los grupos extremistas, y que la gente había visto por la televisión, ocurren en las grandes ciudades, y que en un pueblecito como el nuestro salen los cuatro típicos del pueblo a hacer el paripé.
Luego nos conocemos todos y pasa lo que pasa.